viernes, 6 de noviembre de 2009

Introducción de mi tesina

“Habla de lo que sabes, de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada”.
Alejandra Pizarnik


En esta investigación me propongo estudiar la comunicación en relación con su potencia de afectar y modificar los cuerpos (sean entendidos estos como personas, instituciones, comunidades, etc.). Teniendo en consideración que la comunicación es por naturaleza transformadora, es deseo motor del cambio. Entendiendo que afecto o afección son la marca de un suceso que nos moviliza. Este suceso no es un simple accidente sino un acontecimiento, este es lo nuevo, lo diferente a lo anterior y que no estaba previsto, es un estallido en lo instituido que abre camino a lo instituyente.

Estos conceptos son retomados de Nina Cabra quien estudia la comunicación atravesada principalmente por las ideas de Deleuze y Guattari. Con esto último hago referencia a la necesidad de generar en las instituciones un espacio donde la comunicación pueda hacer estallar lo instituido, aquello que está anquilosado, arraigado…esa lógica de funcionamiento de estos espacios que necesitan ir modificándose junto con los cambios sociales. Lo instituyente es esto nuevo que permite modificaciones, es lo que se enfrenta a las normas y reglas establecidas. Lo instituyente desafía y propone le cambio. Estas dos fuerzas pujan en la institución y ese juego permite crecer. En el Hospital Agudo Ávila, existe todo lo instituido en relación a lo manicomial, al encierro, la asociación del loco con el incapaz... y ahí puja lo instituyente, pensar la locura desde otro lugar, desde la creación, la comunicación. Crear dentro de esa institución un Espacio Multicultural, es permitir un lugar de quiebre de lo ya establecido, es proponerse otras reglas de jugo. A través de ese espacio, de esa pequeña grieta del hospital se pueden promover, impulsar cambios en el resto del nosocomio, donde aún funcionan las lógicas de antaño. Ese espacio puede ser visto como un acontecimiento, como una línea de fuga, pero que debe trabajar para escapar a la reterritorialización y no caer en lo instituido.

Y en ese marco, me aventuro a hundirme y conocer un mundo desconocido para mí. Mi curiosidad y mi interés por los excluidos del sistema, me llevan a elegir el estudio de los locos, analizar cómo afecta la comunicación en los cuerpos y como se podría utilizar ese efecto para la recuperación. Desarrollar desde Spinoza, los afectos alegres. Analizar desde allí el “Gomecito“, el centro cultural del hospital psiquiátrico “Agudo Ávila“, y los talleres que allí se desarrollan en relación con la alegría, el aumento de potencia y la posibilidad de que esto ayude en el tratamiento clínico. Pero también su relación con el poder, la contracara que necesita de cuerpos dóciles, de la disminución de la potencia a través de la tristeza. Dice Spinoza “La tristeza, los afectos tristes son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos”.

Me propongo estar al azar de los encuentros, dejar que los acontecimientos se produzcan y me vayan llevando por diferentes caminos. No pretendo seguir un esquema rígido, creo que mi proceso de búsqueda es abierto, permeable a que la realidad me interpele. “¿Qué circunstancias afectan esta apertura, considerada como un requisito fundamental para escuchar? Cada vez que ponemos en duda la legitimidad del otro, cada vez que nos planteamos como superiores al otro sobre la base de la religión, sexo, raza, (o cualquier otro factor que podamos utilizar para justificar posiciones de egocentrismo, de etnocentrismo, de chauvinismo, etcétera); cada vez que sostenemos tener un acceso privilegiado a la Verdad y a la Justicia; cada vez que nos olvidamos que somos sólo un particular observador, dentro de un haz de infinitas posibilidades de observación; cada una de estas veces, nuestro escuchar se resiente.” (Echeverría, 2005, pág. 98)
Por la misma razón no hay tiempos preestablecidos; sólo, se detendrá el proceso de investigación cuando se sienta satisfecho, lleno de intensidades y cosas por contar.
Como futura comunicadora creo en la riqueza de las diversas formas de comunicar, de expresar, y por ello quiero trabajar el tema no sólo desde lo escrito sino también con la fuerza de la fotografía, y la riqueza de lo audiovisual.
La fotografía trabajada en conjunto, es decir, una creación desde ambos lados. Con ellos, desde ellos, como creación, expresión, arte… Una posibilidad de posicionarse como creador y como artista: expresando, armando, recortando el caos… También es distracción, pasión y sentimientos…

De ellos, como expresión. Captar sus cuerpos, sus sensaciones, sus modos de ser. Nos hablan, nos revelan, nos develan este mundo diferente. La imagen quiere gritarlo, mostrarlos creando, haciendo, sus posibilidades. Una imagen que congela esos flujos de potencias, esas velocidades de intensidades.

Reconociendo a la fotografía como documento y como una expresión artística, me interesa conjugar la visión subjetiva del artista con la mirada del comunicador. Una mirada que a través de la imagen pueda descubrir identidades, hacerlas visibles. Identidades que parecen desaparecer para la sociedad y por ello se encuentran silenciadas.

En cuanto al tratamiento de la imagen, la problemática social me lleva a trabajar más en la instantaneidad y en lo fugaz del momento. Me empuja a dejarme llevar, a no ir con marcos preestablecidos ni ideas preconcebidas. De modo que la fotografía va a surgir en el momento, desde una observación profunda que busca captar ese detalle, logrando generar una complicidad con el espectador, movilizándolo, afectándolo y produciendo un encuentro. Y por supuesto, trabajada desde un acuerdo explícito con el otro que accede a jugar este juego de la imagen.
El tratamiento del color dependerá del sentido de la imagen y al mismo tiempo de lo que se busque expresar y transmitir a través de la misma.

De este modo se utilizarán el blanco y el negro, jugando con el contraste y las intensidades, de manera que se logre resaltar la misma contradicción que guarda la situación de la foto.
Además haré uso del color en el caso que sea necesario para enriquecerla, y en otros casos tendré en cuenta la posibilidad de intervenir la foto.

Creo que es preciso pensar al comunicador no sólo como transmisor o informador sino como formador, creador de nuevas posibilidades, de nuevos mundos. La comunicación es ese acontecimiento que hace mutar los cuerpos. Y desde allí pretendo ver el imaginario social, para intentar elucidar las posibilidades de integración de la locura, no de adaptación. No de "Normalizar" sino de aceptar, incluir, socializar… Aquí la importancia del lenguaje no ya como reproductor, sino como productor, como creador de mundos, como formador de sujetos. Por ende, como fundamental y necesario construir un puente entre sociedad y locura, que permita modificar el imaginario... Además al interior del Hospital estudiar allí, el cómo se dirigen a ellos, a los “internos”, cómo los tratan, en qué (más que en quiénes) los constituyen, y de ese modo en qué se favorece o desfavorece el tratamiento clínico. Pero por sobre todo, estudiar la comunicación como base de la integración social, herramienta fundamental para el tratamiento clínico.

Dice Mauricio Lazzarato “La palabra autoritaria no favorece la creación; por el contrario, la dificulta.”En los talleres del “Gomecito” se pretende trabajar reconociendo este obstáculo para alejarse de la clínica tradicional. En este espacio se busca operar desde la creación y la idea de “lo colectivo”. Apartarse de la palabra autoritaria para poder crear en conjunto, para poder hacer con ellos y no en contra de ellos. Una lógica bastante diferente de la que circula en los otros espacios del “Suipacha”, y que hoy intenta extenderse a todo el Hospital.

El Gomecito, es un espacio multicultural, dependiente del Hospital psiquiátrico Agudo Ávila. Se encuentra ubicado en san Lorenzo y Richieri y allí se desarrollan varios talleres tanto para internados como externados de “Suipacha”. Existen diversos talleres: musicoterapia; obrajes (donde se trabaja el teatro); aguditos, que es un espacio donde se trabajaron sketch radiales, luego fotonovela y actualmente trabajan producciones cortas audiovisuales; el taller de creación de vestuarios y escenografías; otro espacio donde se desarrollan creaciones artísticas; la revista renacimiento 22; el programa de radio “Tardes Nuestras” por FM Aire Libre; ejercicio y caminata.

Los espacios están coordinados por psicólogas, trabajadores sociales y también por profesionales. Profesor de teatro, Periodista, Escenógrafa, etc. De este modo pretenden trabajar clínicamente con los pacientes desde otro lugar, darles la posibilidad de re-situarse como sujetos. Es decir, permitirles subjetivamente posicionarse de otra manera, ser productores, y además entablar relaciones sociales.

Foucault dice que el poder no mata ya, sino que busca invadir la vida enteramente. A través de dos polos: Las disciplinas del cuerpo (cuerpo como máquina- desde la educación- fuerzas) y las regulaciones de la población (Biopolítica-control de nacimientos- nivel de salud). Me propongo ver si los psiquiátricos comparten esa forma de entender el poder, si allí en esos espacios el poder se cuela por todas partes de un modo más silenciado, y menos obvio.

Y me pregunto qué pasa con aquellas mujeres que quedan embarazadas allí dentro. ¿Debería suceder esto? El poder que todo lo controla, evidentemente tiene huecos que deja sin vigilar.
Juegan muchas nociones en estas acciones, cómo se lo ve al interno, como qué se lo posiciona. ¿Se lo hace como objeto, se lo deshumaniza completamente con este accionar?
“Que fácil sería sin duda desmantelar el poder si éste se ocupase simplemente de vigilar, espiar, sorprender, prohibir y castigar; pero no es simplemente un ojo ni una oreja: incita, suscita, produce, obliga actuar y a hablar” (Foucault, La vida de los hombres infames, pág. 136).

En los casos en que ellos acepten podré, fotografiarlos, grabar, y filmar los encuentros. Además de las charlas, una posibilidad también es generar una actividad en conjunto, que me permita conocerlos más, acercarme más a ellos a través de las herramientas elegidas. Jugar con la foto, el audiovisual, para jugar con “ellos” en este proceso de “reconocimiento” mutuo. Acercarme a sus vidas allí dentro, a sus sentimientos, sus experiencias.

La forma de abordar esta tesina tiene que ver con la teoría misma que trabaja. Una forma de ver abierta, que trata de alejarse de las líneas rígidas para volverse flexible. Una tesina subjetiva, porque creo que no existe objetividad alguna, menos en el proceso investigativo. Este trabajo es un reflejo de mi forma de ver, entrelazando teoría y experiencia.

Me permito hablar de algunos autores en mis palabras, porque creo que no hay una lectura única, no hay Verdad, sino múltiples lecturas de los autores y creo que la más apropiada es la que a uno le sirve. Es la lectura que permite apropiarse de los autores para generar un pensamiento nuevo.

Decido entonces relatar mi experiencia en un día a día que le permite a lector acercarse a lo vivido. Esta forma de relato permite que la teoría surja de la experiencia, que aquello que experimenté me diga de qué tengo que hablar y que conceptos utilizo para entender la praxis. Además tiene que ver con una forma de pensamiento más de tipo rizomático, que permite múltiples entradas y asociaciones. Que se genera del “entre” y crece en el medio de las cosas. Retomo a Deleuze cuando asimila al pensamiento a la hierba, cuando explica que el pensar no tiene raíz o punto, como el árbol, sino más bien punto de fuga.

miércoles, 4 de noviembre de 2009